Empezó como una Khábbala, lo que desde un principio sabía iba a ser una aventura. Era el clásico Argentino, River-Boca. Sin necesidad de aclaración allá fuimos como mi Pincher Dobbermann, mi perro de compañía, mi hincha del dortmund.
Cabe considerar que vivo en la mejor zona de una ciudad, por donde sale el Sol. El oeste. Y allá fuimos, hacia el gran estadio Alberto Kempes, ícono de la promesa Argentina, una de las capitales más ricas del país de la plata.
La travesía nos llevó pasando puente tras puente, obviamente tuvimos que pasar por los fans Bosteros, para llegar al apreciada entrada Wellington, entrada designada para la banda roja! Allí llegamos, donde escuchábamos los cantos de la hinchada, donde veíamos cómo entraban las barras bravas, donde la PolitzeiGewalt se presentaba atenta y se preocupaba si mi can tenía agua. Gritaban los goles, con tan sólo siete minutos se dió el primer gol del colibrí. Quien antes que termine hizo otro, para terminar el partido, eliminados en un 3 a 2 ( sad moment). De por sí se sabe que no voy a comentar el partido porque para eso lo tienen que ver, partido espectacular! Les costó a los hinchas Bosteros, ganarles a los Milloranarios. No temblaron con el último Gol! Un último grito que los dejó atónitos, que demostró que no debían dormirse ante el más grande.
La banda quedó eliminada, lo que llevó a que los azules-amarillos me griten muerto! De todos modos esta entrada, es para recordar que se marcó un nuevo comienzo. Vienen tiempos de paz, tiempos de estabilidad. Se vivió un jornada tranquila, se movilizó el país, se llenó de hinchas la ciudad del cuarteto, con el mejor de los partidos del año que pasa. El año del dragón de madera va para bien! Aquí estoy queriendo comentar mi kábbhala.
Sé que no fuimos mufa ( we didn’t jinx-it), es más podría decir, que antes un colibrí sincronizó en el 444, para darse un 555, en un partido que termino, 3 a 2, por milagro o no (?). Otro grito de gol.
Lo más gracioso es que yo sabía, y no sé cómo pero ya mi tristeza se había dado antes de que terminen de entrar todos los hinchas. Es como aquellos que ya saben que va llover, pues, sí, íbamos a perder. Pero estar allí no era cantar y festejar, sino estar.
Ser parte de la hinchada es una cosa única de este país, el fútbol es lo mejor que tenemos. Somos los campeones del mundo actuales, con tres hermosas estrellas! Somos los más grandes, somos los millonarios, ahora somos unos muertos, pero se vienen más copas, y más encuentros. La belleza de escuchar dos hinchadas cantándose, se las debo. El mejor partido del año, lo viví desde afuera pero esos gritos fueron como estar allí adentro.
Gritar Gol, es algo único. Viva el fútbol carajo!